mis plegados

miércoles, diciembre 09, 2009

Un Pobre Viejo Incomprendido





Ayer me dediqué a comprar los regalos de Navidad, por supuesto a través de Internet. La familia que crece y crece y ya hay un pequeño ejército de sobrinitos y sobrinitas, ejerciendo tímidamente (ahora) el humano fenómeno de las expectativas.

Recuerdo las palabras de un sacerdote acerca de la pérdida del sentido cristiano de la Navidad. Y sin embargo este sentido nunca fue muy claro, se estableció como nacimiento de Jesús el año 345 DC aproximadamente, antes de eso correspondía a las fiestas paganas del solsticio de invierno, como las fiestas romanas a Saturno, dios de la Agricultura, y en general al resurgimiento del Sol después de la noche más larga. Puedo suponer que fue una fecha de fiestas paganas casi desde que el hombre es hombre, o sea al menos unos 8 mil años, y una fiesta cristiana unos 1665 años.

Como sea, me gusta hacer regalos, más allá de las cosas, el ejercicio de regalar algo es esperanzador, es opuesto al egoísmo y por lo tanto opuesto al sistema económico en el que se nos obliga a vivir. Es necesario ensenar a nuestros niños (y adultos) a regalar, a ser especialistas en regalar, a divertirse regalando, no como una ostentación de lo que se tiene ni tampoco de la fortuna que ahora te sonríe sino como un ejercicio de la perspectiva que debes tener respecto de las cosas materiales y de tu lazo con ellas.

Por eso me parece muy valiosa la imagen del Viejito Pascuero, contra todo lo que la mayoría dice en función de un supuesto carácter materialista. Una persona que ha dedicado su vida a regalar, sin guardar nada para él, y cuya principal motivación es sorprender y entregar felicidad y esperanza a aquellos que se portan bien, que sostienen la vida en valores y principios como la solidaridad, la búsqueda de la verdad y la felicidad de los demás. Muy temprano supe que no era real, y el ejercicio de cada año era ver cómo se las arreglaban mis papás para hacernos creer que efectivamente había pasado, la tía estratégica que nos llevaba a una pieza con alguna excusa o ir a buscarlo a la cuadra vecina porque seguro se había perdido, momento en el cual pasaba por la casa y llenaba el árbol de paquetes. Incluso recuerdo que un tío pasó pelando forros por la calle y mis papás dijeron que el viejito estaba tan apurado que dejó los regalos en la calle frente a la casa :D

Bueno por eso les dejo estos videos, para doblar un Santa Claus muy bonito, del creador australiano Steven Casey, y rendirle un homenaje a este pobre viejito incomprendido que sin embargo es para mí no menos que un ídolo y un ejemplo para estos tiempos materialistas. ¡Un saludo a todos y una muy feliz Navidad!