mis plegados

viernes, mayo 08, 2009

En los Plegados de la Vida



La Semana pasada tuvimos un encuentro inesperado y motivante. De paso por Chile se encontraba una miembro de la Asociación Española de Papiroflexia, Olga de Pedro, fantástica, entusiasta y alegre. Nos mandó un correo a la suerte y algunos que pudimos escaparnos fuimos a verla al hotel el día antes que partiera de regreso. En sus ojos y en su hablar se podía notar que venía de un viaje maravilloso, por los glaciares y hielos de Aysén, las estepas patagónicas del fin del mundo y los desiertos singulares de Atacama. Y nos sentamos a hablar de origami… a contarnos experiencias, presentarnos y contarles del grupo, algunas cosas que hemos hecho, posibles viajes, hablar de papeles y realidades.

De pronto, como decía Olga, ponerle rostros a los nombres, a lo que se postea en foros, a las fotos de figuras que se ven por aquí y por allá; sentí más que nunca la necesidad de una revista hispanohablante, que circulara y se distribuyera por España y América, para que tuviéramos una comunidad más cercana, nos conociéramos y reconociéramos en fotos y noticias de Colombia, Nicaragua, Perú, Zaragoza, Burgos o Madrid; decir por ejemplo "ahí está Juanito, mira, le da la mano al presidente", o "mira el Pato Kunz hizo un Teseo con la cabeza de la Medusa colgando, impresionante".

En el aniversario de nuestro grupo, hace algunas semanas, realizamos una video conferencia con chicos de Colombia y fue emocionante, fue como sentarse en el mismo living y ser parte de su realidad, como si fuéramos un solo grupo de amigos…

Los viajes son esenciales pero, entre ellos, el vacío de extrañar a los amigos, del saber en qué andan, qué están plegando, qué figuras nuevas han creado, debe ser llenado de alguna forma, donde avisar de convenciones y proyectos, donde discutir de teoría, y presentar a nuevos y jóvenes talentos; en fin, de lo que se trata una revista. Internet está bien, pero nada se compara a una revista de papel, llevarla en la mochila, observarla con cariño y pasar las páginas, en ese ejercicio que tanto nos gusta de tomar una hoja y desplazarla con cuidado, dando paso a los secretos y las imágenes detrás de cada carilla.

La idea la hemos discutido muchas veces, importantes creadores nos han mostrado su entusiasmo por participar. En esto pensaba mientras escuchaba a Olga y bebía mi cerveza, de pronto encontré un pequeño cuadrado de papel escondido en las páginas del libro que Olga llevaba consigo, lo tomé y casi sin pensarlo me puse a doblar.