mis plegados

miércoles, marzo 21, 2007

El Taller de Diseño de Román Díaz



El arte es un refinado sistema de comunicación de los seres humanos. Al exponer una obra en la cual se ha colocado (concientemente o no) un mensaje y/o un sentido, el espectador la internaliza y la transfiere a su propio sentido y a su propia experiencia con la realidad (Maturana afirma que la única realidad de la que podemos estar "realmente" seguros es la nuestra interna, como seres autopoieticos, independientes y aislados). Uno de los mecanismos más utilizados para lograr esta comuncación se encuentra en el ejercicio de Representar: reproducir visual o textualmente aquello que percibimos como lo real.

¿Qué es lo que nos llama la atención de la pintura de un caballo, qué nos dice que es un caballo?, ¿su figura, su postura y actitud (¿nos recuerda algo?), su mensaje total, inscrito en un paisaje y una escena, su grado de realismo? ¿Qué es lo que nos hace "click" y nos produce una emoción?. Representar es probablemente la forma más antigua de arte y también una de las más variadas y desarrolladas en profundidad por el hombre.

El origami no escapa a estas consideraciones; mientras el origami modular y geométrico nos provoca con sus formas perfectas y antinaturales, alojando muchas veces el sentido de lo perfecto e ideal, la intuición de lo meta-natural, la fragilidad de lo orgánico y perecible a través de su oposición, el origami figurativo ejercita la acción de representar lo real y cotidiano.

Entonces, el diseñador de origami figurativo, ¿qué busca?, ¿qué su figura parezca viva?, ¿y cómo lo logra?, ¿por su postura y actitud, por su grado de realismo (como ya dijimos antes), por algún elemento característico, como las grandes tenazas de un cangrejo o los ojos tristones de un Panda? Existen tantas respuestas como maneras diferentes de captar la realidad. Es claro que cada diseñador apela a diferentes y personales objetivos para pensar en su propia figura de un mismo objeto o animal.

Eso más o menos fue lo que sucedió en el taller de diseño de figuras que impartió Román Díaz en Purranque 2007. La tarea: diseñar un pez. Cada asistente definió sus propios objetivos para lograr con su diseño: que fuese una figura simétrica, que se parara como si saltara, que pudiera flotar, que fuese un pez dorado, un espada con su espolón y dorsal etc etc. Al día siguiente discutimos sobre todo aquello, qué objetivos se lograron, qué base se utilizó, qué fracasos o problemas se encontraron.

Quedó claro como dice Díaz en su blog, que al final la experiencia jugó un papel principal a la hora de conseguir los objetivos personales, la elección de la base de una figura resultó fundamental a la hora de tener el papel suficiente para lograr las partes y detalles requeridos para una meta determinada, así como esa elección traía consigo sus propios inconvenientes (recuerdo que una base (de pez, si no me equivoco) elegida para un pez espada hacía imposible obtener una cola simétrica de dos puntas). Detalles como los cambios de color o cambios en los dobleces pudieron ser discutidos en el grupo y permitieron aprender la importancia de una segunda lectura al prototipo original, haciendo del proceso de diseño algo dinámico y evolutivo.

Es decir, trabajar desde el corazón de la figura hacia afuera y, si los cambios obligados hacían perder objetivos importantes o prioritarios, volver a comenzar y probar otra base. Esto se puede llevar hasta el punto en el que el diseñador ya se maneje sólo con patrones de doblado (Crease Patterns) y sepa qué disposición geométrica permitirá la existencia de una cabeza, una aleta dorsal, un cuerpo elipsoide y dúctil, o papel extra para las branquias laterales. Un nivel al que Nicolás Gajardo, la joven maravilla de Origami Chile, parece estar accediendo.





Un ejemplo fantástico de este proceso también lo dió Polo Madueño (Argentina, en la foto a la izquierda), que mientras hablábamos tomó la hoja de papel donde había anotado sus objetivos del día anterior e improvisó una máscara a mano alzada de un pez, realmente expresivo, tan sugerente que hacía innecesario buscarle más detalles o terminaciones realistas para saber que era un pez real, capaz de saltarnos en la cara y hablarnos del fondo del océano y de su vida. Si ponemos atención a la hoja, se pueden leer cada uno de sus objetivos:

  • Cuerpo Oval
  • Aletas alargadas
  • Cola en punta
  • Ojos grandes
  • Que tenga volúmen
  • Con boca abierta


sorprendentemente, su figura cumplía con casi todos ellos, y el resultado era una pieza única e irrepetible de improvisación y elegancia. Un estilo que ahora me parece muy interesante y profundo desde una perspectiva artística.

Quedé con la sensación de que el diseño no es algo imposible o eternamente postergable y que para conseguirlo hay que doblar muchas figuras, estudiar los CPs y enfrentarlo como un ejercicio de prueba y error que demanda una buena dosis de paciencia y voluntad, fue una lástima que pudiera asistir sólo como oyente, ya que llegué al encuentro muy tarde y no fui a la primera sesión. Tal vez fue para mejor, ya vendrá la hora de pensar en mis propios diseños...

jueves, marzo 15, 2007

Memorias de una Convención al fin del Mundo IV


Fauna


Hernan Sandoval y el cabro chico (Sebastian), candidatos a la pareja inseparable.

pero, Toño y Kissy, definitivamente (y por goleada), la pareja del encuentro...

Oscar (de Peru) y paseandose atras, Danilo, de Origami Chile.

Roman Diaz, genio y figura.

Heinz Strobl, figura y genio.
Ambos con una humildad a toda prueba...

lunes, marzo 12, 2007

Memorias de una Convención al fin del Mundo III

Flora

el rincón de Román Díaz




la dama y el tigre (...gracias por la ayuda... mis neuronas cada dia peor...) dobladas por Hernan Sandoval.



la grulla y el toro, de Román Díaz y Patricio Kunz, plegados por Patricio Kunz.




el secretario de Roman plegado por Víctor Meneses



el panda de Stephen O'Hanlon, plegado por un servidor.

Más fotos en

http://www.origamichile.cl/exposiciones/convencion_purranque2007/convencion_purranque2007.html