mis plegados

lunes, octubre 27, 2008

Nuestro Amigo el Cuadrado




Desde que el origami tradicional se desarrolla a partir de una pieza cuadrada de papel el asunto de conseguir la perfección en ella se ha vuelto un asunto de la máxima importancia. Seamos honestos, ¿quién no ha invocado tres o cuatro demonios cuando al comenzar una figura nos encontramos con que nuestra hermosa hoja, sacada de un taco "especial para origami", no sólo no es un cuadrado perfecto sino que ni siquiera es un rectángulo regular?

A lo largo de mis años origa-místicos he usado diferentes métodos para tratar de cuadrar estas "benditas" hojas con irregulares resultados, por ejemplo si la hoja es un rectángulo regular se puede doblar la bisectriz de una de las esquinas, esto es una de las diagonales principales y la intersección de ella con el lado del cuadrado nos dará la otra esquina del cuadrado.



o bien si nuestro pliego posee dos lados perfectamente paralelos basta con doblar una mediana perpendicular a ambos lados, alineando los bordes y luego cortando ambas capas a una distancia (del doblez) igual a la mitad de la distancia entre los lados ; para este método es necesaria una buena regla, ojalá lo suficientemente larga como para abarcar el ancho total del papel.



Sin embargo, estos métodos fracasan cuando nuestra hoja es apenas un cuadrilátero irregular de forma arbitraria, como el amigo que encabeza esta entrada.

Para encontrar un método seguro para rescatar el cuadrado oculto en nuestro papel volví a las enseñanzas de mi gran profesor de matemáticas del colegio (maestro "lagarto" Zuñiga) quien siempre me decía: "si quieres construir una figura geométrica regresa siempre a la característica principal que la define, que le da el ser..." en este caso, para un rectángulo, ésta es precisamente sus ángulos de 90° en cada una de sus esquinas. La idea entonces es crear o inscribir un ángulo de 90° en una de las esquinas de nuestro cuadrilátero; lo que se puede lograr por medio de una escuadra (o la esquina de una hoja de fotocopia, por ejemplo)



recortamos este ángulo. Sobre él se puede crear su diagonal principal, alineando un lado sobre el otro, esta diagonal será nuestro futuro eje de simetría



así, para construir la segunda diagonal, replicamos el ángulo recto por medio de doblar en la esquina más cercana y alineando sobre sí misma la diagonal que es nuestro eje de simetría, obteniendo así un perfecto cuadrado inscrito, listo para ser recortado.



Finalmente cabe señalar que si la inscripción del ángulo recto se hace sobre uno de los lados del papel se reduce en un corte el procedimiento.

bueno espero que les funcione ;) muchos saludos